viernes, 23 de junio de 2017

El Ebro guarda silencio al pasar por El Pilar porque va más seco que nunca en su historia



El caudal del río lleva nueve días a mínimos históricos y nada indica que la situación vaya a mejorar. 

"Hacía tiempo que no veía bajar así de esmirriao el Ebro, maño". José Marcén pasea por la ribera del Ebro a su paso por Zaragoza todos los días, desde que llegó a la capital aragonesa de su Barbastro (Huesca) natal. Cuenta que la última vez que vio al coloso río Ebro bajar con tan poco caudal fue "antes de la Recopa". El máximo triunfo conseguido por el Real Zaragoza en su historia. Fue en mayo del año 1995.

José no anda muy desencaminado. Según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la situación que atraviesa el río Ebro a su paso por Zaragoza se remonta a principios de los años 90. El Ebro, a su paso por Zaragoza, se encuentra a día de hoy en situación de "emergencia" por una sequía que sorprende a turistas, y a los propios zaragozanos.

Las imágenes que estos días nos deja el río Ebro en la capital aragonesa contrasta con la lección aprendida en el colegio: el Ebro es el río más caudaloso de España. Pues bien, a las 19:13 del 22 de junio (este jueves), según datos de la CHE, el río Ebro a su paso por Zaragoza alcanzaba los 0,57 metros de altura. Hasta la altura de las rodillas.

En situación de emergencia

Actualmente, el caudal preventivo está a 27,78 metros cúbicos por segundo. Por debajo del límite establecido en el Plan Hidrológico de Cuenca de la demarcación hidrográfica del Ebro. El nivel fijado es de 30 metros cúbicos por segundo.

Sin embargo, apuntan desde la CHE que el motivo de está excepcionalidad es que "la cabecera del río Ebro está también en emergencia. Y claro, están soltando agua desde Reinosa (Cantabria) –desde el embalse del Ebro- pero no llega a Zaragoza por la estructura de usos que hay por el camino". De hecho, según datos de la CHE, el embalse del Ebro está en cifras desconocidas desde hace veinte añ

Los índices de sequía. CHE

El motivo por lo que se considera la situación de "emergencia" por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro es la sequía presente desde las últimas semanas en la cuenca del Ebro. El río a su paso por Zaragoza lleva nueve días en mínimos históricos.

Según apunta el jefe de Área de Planes y Estudios de la CHE, Miguel Ángel García Vera, "el límite del caudal preventivo se cumple desde el año 98, lo que pasa es que la sequía es una situación que no podemos controlar". De hecho, según explica a este diario, "la cabecera del Ebro está en emergencia y eso explica porque se está por debajo del caudal preventivo".

No hay alerta medioambiental 

Apunta García que el hecho de estar en esos niveles mínimos –en el caudal preventivo-, no perjudica al medio ambiente. El caudal ecológico del río Ebro, en temporadas de verano es menor que el resto del año, está en el mes de junio a 13,56 hectómetros cúbicos. En julio bajará mínimamente, hasta los 11,30 hm3. Los técnicos ajustan estos parámetros para preservar la vida piscícola y la calidad de las aguas. Sin embargo, el caudal ecológico está muy por debajo de los 116,4 hectómetros cúbicos, que ha sido la media de los últimos 20 años. El caudal preventivo.

Ambos, el caudal preventivo y el caudal ecológico deben de estar equilibrados para garantizar las necesidades agrícolas con la ecología. Miguel Ángel García reconoce que "el Ebro por su naturaleza produce grandes avenidas y también duros estiajes". Y echa la vista hacía atrás. "En el siglo XVIII era habitual en Zaragoza ver el Ebro con tan poco caudal, con cifras de hasta 5 metros cúbicos por segundo", cuenta.

Sin embargo, García considera que la situación de "emergencia" por la sequía que azota la cuenca del Ebro no va a disminuir en pocos días. Es más, hasta el otoño la situación se mantendrá en estos niveles. "La previsión es mala en Zaragoza capital, será un verano complicado desde el embalse del Ebro (Reinosa, Cantabria) hasta Mequinenza (Zaragoza, frontera con Cataluña).

El técnico de la CHE, ante las protestas de sectores ecologistas por la situación del Ebro, precisa que "sin embalses, los estiajes serían mucho más severos.

Fuente: EL ESPAÑOL, 23-6-2017

 

martes, 13 de junio de 2017

"La falta de cultura rural lleva a leyes de despacho que perjudican el medio ambiente"


Un estudio realizado en el Parque Geológico de Aliaga (Teruel) muestra un “preocupante” desconocimiento de la población en temas de riesgos ambiental.
El trabajo se ha realizado entre visitantes al parque y ahora ha sido publicado en la revista científica Episode
“El mejor ingeniero, el mejor notario o el mejor carpintero tiene que comer de la naturaleza. Sí o sí”, y con ello Julia Escorihuela quiere decir que vivir cada vez más alejados del medioambiente que nos rodea perjudica a todos. Por eso, esta amante de la tierra y de la vida rural emprendió un estudio entre los visitantes al Parque Geológico de Aliaga (Teruel), del que es gerente, que ahora quiere servir como “una alerta para que la sociedad se dé cuenta de que la naturaleza somos todos”.
Las conclusiones, que ahora se han publicado en el último número de la revista científica Episodes, muestran un “preocupante” desconocimiento de cuestiones básicas de seguridad ambiental. Escorihuela, que lleva guiando a los visitantes del parque desde 2002, ha realizado entre ellos encuestas durante cinco años, hasta superar las 200, y reconoce que al principio estaba “desconcertada ante tanta carencia de información”.
Tras el trabajo de procesamiento de estas encuestas, la mayor parte de quienes participaron en este estudio demostraron que no sabían cuestiones básicas de seguridad ambiental, como por ejemplo que no hay que construir casas en los cauces de los ríos o que un vertido de una empresa contaminante río arriba afecta a un huerto aguas abajo: “Algunos creen que como el agua corre no pasa nada”.
Y a este desconocimiento se suma también que hay casos en los que se aprecia que, niños y mayores, no perciben los problemas para la naturaleza. Así, otro de los epígrafes de la encuesta preguntaba si preferían tener una granja con mil cabezas estabuladas que generaba 3.000 euros al año pero contaminaba las aguas o el mismo número de animales pero al aire libre, rentando solo 1.000 euros pero sin contaminar. Sí, hay gente que contestó que prefiere la que contamina porque da más dinero, a pesar de todo.
Escorihuela cree que esto es una muestra del alejamiento de la mayor parte de las personas del mundo rural, bien porque son hijos o nietos de los que emigraron o porque nunca han tenido vinculación con esta cultura de los pueblos, pegada a la tierra.
Se nota cuando son personas que han tenido un abuelo en el pueblo, o primos con los que pasaban el verano en localidades rurales”, explica Escorihuela, pero así y todo, lo que se muestra es una realidad que “ya se está viendo en la política”.
Alerta de que los puestos de decisión a nivel mundial en materia de medioambiente están ocupados por gente “urbanita” que ha tenido más fácil el acceso a estudios superiores, porque para alguien que vive en el mundo rural es más caro, y eso ha provocado ya “leyes de despacho que no solo no protegen el medio ambiente sino que lo perjudican”.
Educación medioambiental en las aulas
Esta falta de “cultura rural” y de respeto por la naturaleza también está provocada por la disminución de los contenidos medioambientales en colegios e institutos. “Hay niños y jóvenes que  vienen a las visitas y cuando les cuentas esos riesgos te dicen '¿y eso por qué no me lo han contado en el colegio?' Y eso también me lo pregunto yo”.
Para Escorihuela, “el ballet o el inglés están muy bien como actividad extraescolar, pero ¿por qué no actividades en el campo?”. Pone el foco en los más pequeños, claro, porque la solución pasa por una educación medioambiental en la infancia, aunque por ejemplo ahora dará charlas con estas tesis en la Universidad de Santander. “A los niños hay que ponerlos en la tierra”, hablando de la naturaleza pero también de actividades como la minería o el fracking.
Insiste sobre todo en que “la cultura campesina y la cultura académica tienen que ir de la mano”, después de que en ocasiones el mundo rural se haya visto menospreciado por el urbano.
Reivindica que las ciudades vuelvan la vista a este modo de vida, pensando en las oportunidades que ofrecen, precisamente ahora que “tanto se habla de despoblación”. Y una de ellas es el geoturismo, “la educación geocientífica se puede combinar con el turismo”, y encontrar ahí un futuro, pegado a la tierra.
Fuente: El diario.es