domingo, 29 de julio de 2012

FALLADO EL VII PREMIO DE NOVELA CORTA MAESTRAZGO El ganador ha sido Antonio Castellote con la novela "Caballos de labor".





Leo con alegría que el estimado y admirado amigo turolense Antonio Castellote, autor de varias novelas y de la extraordinaria  bitácora Bernardinas, ha obtenido este galardón. En “Caballos de labor”, Castellote rinde homenaje al Aragón rural y hace una predicción que me ha sorprendido...hasta cierto punto:

“Estoy convencido de que una de las consecuencias del cataclismo económico que estamos viviendo es que los pueblos van a cobrar más vida”


Bienvenido este retorno si contribuye a resolver conflictos de personas afectadas por esta coyuntura tan ingrata. Los pueblos, sin duda alguna, se congratularán con estos reencuentros y el vacío de las ausencias se verá un tanto aliviado. ¡Ojalá!  

Reproduzco la nota de prensa que recoge la noticia: 


La Comarca del Maestrazgo ya cuenta con ganador para la VII edición del Premio de Novela Corta. Este premio surgió con la idea de fomentar la escritura y la creación literaria teniendo como eje el escenario del Maestrazgo, por un lado, y difundir entre los habitantes el potencial literario de su territorio incitándoles a participar, convirtiéndose a un tiempo en creadores y protagonistas de sus novelas, por otro. En esta ocasión el ganador del premio ha sido Antonio Castellote Bravo, de Madrid, con la novela titulada “Caballos de labor”. Según opinión del jurado, la novela destaca por ser 

“el tono elegíaco que consigue evocando al recientemente fallecido J.A. Labordeta. Un homenaje a su idea del Aragón rural y a su papel como cantautor que permite a las personas pensar el tiempo y su tierra. También es destacable el contraste de dos destinos, uno labrado en la ciudad y otro en el pueblo, sin que ninguno de los dos sea convencional. El protagonista que ha vivido en el campo lo ha hecho sin limitaciones y el que tomó el camino de la ciudad, regresa con una carga de fracaso. Es, moderadamente, el mensaje de optimismo inspirado en el Maestrazgo que tantas veces hemos echado de menos en los relatos”.

Antonio Castellote nació en Teruel en 1965. Trabaja como profesor de Lengua y Literatura en un instituto de Madrid. Durante los años 2005 y 2009 colaboró como folletinista para el Diario de Teruel, en cuyas páginas publicó cinco novelas por entregas: Fabricación Británica, Los ojos del río, Una flor de hierro, Otoño ruso y La enfermedad sospechosa, la primera de las cuales, ambientada en el Maestrazgo durante la Primera Guerra Carlista, fue posteriormente publicada en libro por la editorial Certeza. En esta misma editorial publicó el libro Geórgicas, que incluía dos relatos breves, de ambiente rural, y la novela corta Los toros en invierno, que también sucede en las tierras del Maestrazgo. Escribió los guiones del cortometraje Témpora y violeta y de varios documentales (Cajas destempladas, El tiempo en la maleta, Un taller con mucha luz), y ha colaborado en algunos otros. Columnista durante varios años en Diario de Teruel, ha publicado series de artículos (Miniaturas del 98, Las bugonias) en este periódico y en revistas especializadas. Desde hace siete años escribe el blog BERNARDINAS,  dedicado fundamentalmente a temas literarios. Este año ha sido el ganador del VII Premio de Novela Corta Maestrazgo con la novela Caballos de labor. El jurado de este VII Premio de Novela Corta Maestrazgo ha estado constituido por Concha Hernández, Antón Castro y Pedro Rújula, todos ellos grandes conocedores de la Comarca del Maestrazgo. Su dotación es de 1.800 € y la publicación de la novela con una edición de 700 ejemplares.

domingo, 22 de julio de 2012

ARAGÓN Y CATALUÑA EN MI CORAZÓN



















Presumo de tener en gran estima tanto a Aragón como a Cataluña. Es perfectamente compatible el afecto, la simpatía e incluso el amor hacia equipos, identidades territoriales y personas diferentes. Este afecto compartido no es ciego. Cuando hay litigios entre ambas comunidades, como ocurre en la actualidad, - Aragón reclama el arte sacro de la Franja, y es un tremendo error, por no decir otra cosa, que la Enciclopedia Catalana ubique el Aneto y la Maladeta (Huesca) en el Pirineo Catalán o Països Catalans - tomo partido incondicional por la parte agraviada, en este caso, Aragón.


El contexto acostumbra a condicionarnos bastante. En Cataluña presumo, sobre todo, de turolense y en Aragón, paradojas de la vida, a veces ejerzo de catalán, según las circunstancias. Si viajo al extranjero, hago valer mi condición de español y siento proximidad y muchas cosas en común con cualquier persona de una u otra comunidad española y, por supuesto, no soy ajeno a los lazos que nos unen con todos los de habla hispana. Pero también me siento, cada vez más, europeo, a pesar de las circunstancias actuales... Y espero que algún día pueda sentirme, por encima de identidades limitadoras y fruto del azar, sobre todo, ciudadano del mundo. A decir verdad, y en esto discrepo con muchos, sueño con que las fronteras desaparezcan paulatinamente.

Al respecto se me ocurre una reflexión que ya he expresado en algún otro escrito. Nacemos en el lugar donde residen o deciden nuestros progenitores. El desarrollo de nuestra vida quedará marcadamente condicionado por este hecho en el que no hemos participado. Este acontecer, ciertamente fortuito, permitirá a unos acceder en mayor o menor grado al beneficio del estado del bienestar. Otros, por el contrario, distantes de este mundo, esperarán resignados la caída del “maná” o harán turno, al amparo de la noche, para embarcar furtivos en pateras o cayucos temerarios y cruzar el tenebroso “Jordán salado”

Sin embargo, haya el destino decidido que nazcamos en una “kasba” al otro lado del Atlas, en Senegal o en un lugar privilegiado del llamado Primer Mundo - cada vez más cuestionado -  nadie impedirá que todos –y esa es la gran paradoja- tengamos un sincero afecto, a veces peligrosa pasión, por nuestro pueblo, por nuestra tierra sea cual fuere ésta. Cuando las circunstancias nos obligan a abandonarla, casi siempre es con pesar. Es lógico, queremos lo que conocemos y tocamos. La nostalgia, el extrañamiento o la morriña se convierten en muchos casos en sombra y desarraigo perenne. En ese mundo hipotético sin fronteras, con el que sueño a veces, no cabrían estas emociones encontradas.

Lo expuesto hasta aquí pretende expresar que amo a la tierra que me vio nacer y también la de acogida, pero rechazo la amenaza de sentimientos nacionalistas y más aún si son de corte excluyente. Añadiré más, aborrezco los nacionalismos radicales tanto de corte centralista como periférico. Viajar, leer y establecer comunicación con personas de otros ámbitos y culturas sin prejuicio alguno son buenos antídotos contra la fiebre del “talibanismo intolerante”. Ahí está la historia europea que recoge las consecuencias de las confrontaciones nacionalistas radicales... Quizás la Europa con fronteras permebles signifique un primer paso que conduzca, aunque de forma lenta pero inexorable, hacia ese mundo soñado...sin fronteras.

lunes, 9 de julio de 2012

O'Donnell toma el castillo de Aliaga




Aliaga fue en el siglo XIX importante plaza carlista dentro del territorio del Maestrazgo controlado por Cabrera. Refortificado su castillo árabe hacia 1838, dos años más tarde es sitiada y conquistada definitivamente por el general O`Donnell para el gobierno liberal.



Historia:


A).- El castillo fue conquistado en 1118, mismo año de la toma de Zaragoza, por Alfonso I, y cedido a Lope Johanes de Tarazona, junto con los de Pitarque, Jarque, Galve, Alcalá de la Selva y Apelia. La fortaleza estaba muy lejos de Zaragoza y tras su muerte en 1134, el repliegue que la siguió produjo que el castillo volviera a manos musulmanas con la invasión almorávide de 1134. El castillo fue reconquistado definitivamente por Alfonso II, no se conoce la fecha exacta de esta hecho. Pero si se sabe con seguridad que en el año 1163 el castillo pertenecía ya a la orden de San Juan, donado por Sancho de Tarazona, actuando como recibidor fray Miro, prior de Aragón y Navarra. En 1180 ya estaba configurado como encomienda, siendo el comendador G. de Vetula, quien al año siguiente también recibiría la iglesia de manos de Pedro Torroja, obispo de Zaragoza. Así en torno al poderoso Castillo de Aliaga se origino una gran encomienda de la que dependían lugares tales como: Pitarque, Fortanete y Sollavientos; diez años más tarde el rey Alfonso II también entrego a la orden la población de Villarroya de los Pinares. En 1216, el comendador Aimerico de Pace concedió fueros a los pobladores de Aliaga.


En 1462 la encomienda fue tomada por el señor de Híjar con ayuda de soldados castellanos, que entraron en Aragón en defensa de la causa del príncipe de Viana contra Juan II, en esa fecha era comendador de Aliaga Juan Ram. Aliaga permaneció poco tiempo bajo el dominio forzoso del señor de Híjar, quien por el contrario se reconcilio con el rey Alfonso II y recibió el condado de Aliaga y Castellote con el consentimiento del prior Belmonte. Juan II dispuso en su testamento que se devolviera Aliaga y Castellote a la Orden de San Juan, pero ambas continuaron bajo el dominio del señor de Híjar, que recibió en 1487 el titulo de duque de Aliaga.

El castillo no volvió a tener ningún otro episodio importante hasta la segunda guerra carlista, en la cual fue fortificado y se le coloco abundante artillería. En 1840 el general O’Donnel, al mando de las fuerzas isabelinas, sitio el Castillo de Aliaga, defendida por el comandante Francisco Macarulla, quien lo rindió finalmente, sin que, al parecer sufriera grandes destrozos.

Fuente: Castillos de Aragón, un recorrido por el patrimonio aragonés.


B).- La población de Aliaga se extiende bajo una peña. Mimetizada entre sus piedras encontramos el lienzo de una vieja muralla que durante siglos albergó un castillo, que defendió a la población de los peligros externos.
El recinto fortificado de 4.000 metros cuadrados hoy se encuentra prácticamente en ruinas, pero todavía se reconocen los tres recintos amurallados escalonados sobre el terreno. El primero, en la punta del peñasco, albergó la primitiva torre del homenaje. Hay un segundo recinto de murallas del que apenas quedan dos pequeños tramos en pie. El recinto exterior es el mejor conservado, con un muro de escasa altura y gran cantidad de cubos semicirculares y una gran torre semicircular en el flanco sureste.
Los grabados del siglo XIX ofrecían una vista magnífica del castillo, con aspecto de inexpugnable fortaleza. Esa imagen contrasta con el abandono que ofrece en la actualidad, sin que apenas lleguemos a diferenciar las piedras del muro derruido con las de la propia peña.
La primera mención del castillo se produce en 1118 con la conquista de Alfonso I. Sin embargo la ocupación cristiana de la población debió ser meramente militar y efímera, ya que cesó a la muerte del Batallador regresando a manos almorávides en 1134.
La definitiva conquista cristiana de Aliaga se producirá con Alfonso II, quien la donó a la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén. Así, el castillo de Aliaga se iba a convertir desde 1180 en la sede de la encomienda de la que dependieron los lugares y castillos de Pitarque, Fortanete, Villarroya de los Pinares y Sollavientos.
Durante tres siglos mantuvo un tranquilidad el castillo hasta que en 1462 fue ocupado por el señor de Híjar, partidario de la causa del príncipe de Viana en la guerra contra el rey Juan II. Finalmente, tras su reconciliación con Juan II, recibió el condado de Aliaga y Castellote. En 1487 los señores de Híjar recibieron el título de duques de Aliaga.
No hay noticias destacables del castillo de Aliaga hasta el siglo XIX y las guerras carlistas, ya que con el establecimiento de Cabrera en el Maestrazgo se fortificaron las defensas de la zona. En 1840, en uno de los últimos episodios de la guerra, sitió esta plaza el general 
O´Donell, al mando de las fuerzas isabelinas, defendiendo su castillo las fuerzas carlistas al mando del comandante D. Francisco Macarulla, quien sólo accedió a la rendición al quedar aquél casi destruido por el fuego de la artillería enemiga: capituló con los máximos honores el 16 de abril.
Ese fue el inicio de la ruina del castillo, pero lo que más le ha perjudicado ha sido la desidia posterior por los nulos deseos de la conservación de un gran monumento histórico-artístico aragonés.
Fuente: Red Aragón.com





domingo, 1 de julio de 2012

EN ARAGÓN: ARAGONÉS, CASTELLANO Y CATALÁN...PESE A QUIEN PESE



El Gobierno de Aragón, presidido por Luisa Fernanda Rudi y formado por PP y el PAR, prepara una ley que deja de considerar catalán la lengua que se habla en las comarcas de La Franja y del Matarraña para evitar «intromisiones de fuera».

El nuevo texto afectará a más de 50.000 aragoneses de las comarcas orientales que a partir de ahora, según la ley, hablarán «aragonés meridional» a pesar de que la comunidad académica (1) o los que tienen unos mínimos conocimientos de filología no tienen ninguna duda en señalar que dicha lengua es una variedad dialectal del catalán occidental. 

Hace quince años, tanto el PP como el PAR sí estaban de acuerdo en que, además del castellano, también se hablaban en Aragón el aragonés y el catalán. ¿Qué ha ocurrido, entonces? Las lenguas siguen siendo las mismas, pero los intereses partidistas, no.

Al PP – del PAR prefiero no hablar porque carece de identidad propia – le molesta todo lo que huele a diversidad y autonomía en todos los aspectos del ámbito social y cultural. 

La referencia a las “intromisiones de fuera”,  supongo que se refiere a los litigios que Aragón mantiene con Cataluña, no justifican una medida de esta naturaleza que atenta a la dignidad y a la inteligencia.

Como aragonés de nacimiento y como catalán de adopción, abomino de este anteproyecto y me avergüenzo de la incultura y la ignorancia histórica que caracteriza a muchos de los gobernantes. Pero la responsabilidad también hay que hacerla extensiva a  los ciudadanos aragoneses que ignoran la riqueza que conllevan todas las lenguas  y que guardan un silencio lleno de complicidad...


(1).- Tanto el Consejo Escolar de Aragón como la Universidad de Zaragoza, mediante  su área de Filología Catalana, y el IEC rechazan el contenido de este anteproyecto.